Chicas, sabemos de sobra que un bolso no sirve solamente para transportar nuestros imprescindibles objetos. De ser así, ¿por qué cada vez que vemos un bonito diseño en un escaparate nos enamora de tal manera que no podemos completar un look sin pensar en él? Está claro, en realidad un bolso es aquel complemento que, a parte de permitirnos llevar todos nuestros objetos, nos ayuda a completar y transformar por completo un outfit simple en otro impresionante.
Pero como todo, debemos cuidarlos para que podamos combinarlos con muchos looks durante mucho tiempo. Es por eso que queremos a daros unos consejos fáciles para su mantenimiento y almacenamiento. ¡Allá vamos!
En primer lugar debemos saber que el cuidado de cada bolso depende del material con el que esté hecho. De todos modos el proceso suele ser el mismo.
Para empezar conviene prevenir. Existen sprays protectores para cada tipo de material que disminuyen la posible aparición de polvo y repelen mejor el agua. Aconsejan aplicarlos en movimientos circulares y a 15cm más o menos del bolso para no rociarlo directamente, no vaya a ser que previniendo creemos manchas.
Una vez empecemos a usar nuestro complemento favorito, debemos tener en cuenta unos detalles que harán que nuestros bolsos luzcan como el primer día. El polvo es nuestro gran enemigo, hace que parezcan viejos y hasta incluso pueden llegar a agrietar algún tipo de material, ya que los reseca. Por eso, cada mes y medio, conviene retirarlo con una gamuza.
El clima es otro de nuestros adversarios, si nos sorprende la lluvia, a parte de intentar cubrirlo, debemos retirar lo antes posible las gotas de agua con un paño seco y limpio y dejarlo secar de forma natural. Si por lo contrario hace mucho sol, lo mejor es intentar exponerlo a él lo menos posible, de no ser así puede decolorar el bolso.
Y para el día a día… Sabemos que es muy difícil elegir qué cosas no debemos llevarnos por si a caso esto o aquello, pero lo mejor, tanto para la salud de nuestra espalda como para el mantenimiento de las asas y costuras, es cargar los bolsos con solamente lo imprescindible, de no ser así tardarán menos en descoserse o romperse. ¡Y no queremos que eso pase!
Sin duda las cremalleras son las más usadas, las haremos trabajar una media de 25 veces al día, por eso es aconsejable ponerles cera, jabón o crema de vez en cuando para que abran y cierren más fácilmente.
Una vez haya terminado la temporada y queramos guardar nuestros preciosos complementos funcionales para volverlos a lucir más adelante, hay que tener en cuenta que lo mejor para todos es ponerlos dentro de una bolsita de tela, nuestros bolsos siempre llevan una en su interior. En caso de que sean rígidos, además debemos rellenarlos con papel para que en ningún momento se deformen. Si por lo contrario son flexibles, conviene colgarlos en algún lugar sin humedad. Y finalmente, si son bolsos pequeños y tienen asas largas, lo mejor es ponerlas dentro del mismo para que no se produzcan esos enredos que tanto nos cuesta deshacer después.
Siguiendo estos pequeños consejos tendréis bolsos que os durarán años, ¡pensad la de combinaciones que podéis llegar a hacer!