Llega diciembre y empezamos a sentir un cruce de sensaciones. Por una parte, aparece en nosotras el espíritu navideño, esa felicidad que nos aporta el saber que vamos a reunirnos con los nuestros, tener tiempo para descansar y regalarles aquello que sabemos que les va a encantar. Por otra, estas mismas cosas nos producen un cierto estrés debido a que preparar todo esto supone invertir nuestro tiempo, y eso, muchas veces, es una difícil combinación con nuestra rutina. ¡Pero no es imposible!
Ahí van los tips que os ayudarán a que nada se os resista este mes.
Ante todo, hay que tener en cuenta todas las actividades que debemos hacer y las que tenemos pendientes, las enumeramos y marcamos prioridades en ellas. Este es el primer paso para una buena organización y lo podemos hacer mientras desayunamos, así, de repente, veremos que nuestro día va tomando forma y que nada es tan complicado como pensamos en un principio. Además, como ya tendremos claro qué debemos y que no debemos hacer, nos será mucho más fácil decir que no a tareas y actividades extraordinarias que seguro que aparecen durante la jornada. ¿Recuerdas cómo se hacía?
Mientras estés desarrollando las actividades que te has propuesto anteriormente, ten en cuenta esto: ser perfeccionista es bueno, pero siempre que no te quite tiempo. Por supuesto debemos intentar hacer las cosas lo mejor posible, pero muchas veces, por querer abordar tantos detalles se nos acaba el tiempo y se nos quedan por hacer otras también muy importantes.
Y por último, si decir NO a ciertas cosas era bueno, delegar lo es tanto o más. Está claro, la mayor parte de las veces somos nosotras quienes, por no cargar a los demás con responsabilidades aparentemente nuestras, las intentamos desarrollar, unas veces sin mucho éxito y otras teniendo que retrasar o dejando de hacer las que realmente si son nuestras responsabilidades. Para solucionar estas situaciones, en primer lugar piensa “¿realmente es imprescindible que yo desarrolle esta actividad?”, si la respuesta es NO, no dudes en delegárselo a alguien que si pueda en ese momento. Eso si, como consejo, intenta decirlo con tiempo, más que nada para no desorganizar a los demás.
Ahora que ya tienes las claves para mejorar tu organización, déjate llevar por el espíritu navideño y disfruta de lo que estés haciendo, así pasarás una Navidad perfecta, ¡y hasta incluso diferente!